septiembre 07, 2012

... bajito

Hay una voz en el silencio de las montañas, la voz de las hojas de los Sabinos, el olor a resina de los árboles, arrullo de los ruidosos, pensamiento de los pseudointelectuales. Hay una voz en el trueno y en la lluvia, un murmullo en el aire, un deseo oculto en el olor a tierra mojada, una tristeza por las hojas que se caen y la constante sensación de nostalgia de un sol ausente.

Hay gritos en la ciudad, reclamos en las pintas urbanas que antes fueron silencios, omisiones de la palabra, ausencias del lenguaje hablado y que ahora se manifiestan a través de colores y formas y que de vez en cuando toman de las letras lo que se acomoda a su discurso visual. Hay llanto en el paisaje urbano, sonidos muchos que caen en lo nauseabundo, deseos fugaces, miradas que se ausentan.

Una ciudad ¿qué tan grande es eso? ¿qué tanto es una ciudad que la palabra parece pequeña cuando quiere describirla?

Desaparecer ¿qué es un verbo si no constancia, si no acción? ¿qué significa desaparecer? ¿qué pensamos del que desaparece?

Supe de tí, por otros, he de confesarte que la noticia de tenerte desaparecido me dolió, me ha puesto en el limbo del llanto desconsolado y el análisis constante del misterio de no saber de tí ¿Dónde estás? Regresa a la ciudad, a tu ciudad andina, vuelve con nosotros quienes habitamos tu espacio, quienes necesitamos de buenas noticias para seguir, para sentir, para olvidar...

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