julio 06, 2011

Cartas sueltas

No sabría cómo comenzar esta carta cuyo fin está premeditadamente dicho. Así que comienzo diciendo adiós. Los motivos son varios y van desde los fatalistas, las exageraciones, las respuestas cortas no dichas (sí/no) pero que como muletillas lo salvan a uno de la calamidad y las muchas cosas que siempre uno tiene que aprender a callar. Lamentablemente uno decide responder con explicaciones de frases largas y no siempre convincentes. A veces uno prefiere preguntar lo menos irrelevante para evitar cualquier aprisionamiento de la mente ante las respuestas desfavorecedoras que lo hacen sentir a uno una mierda mal cagada en el mundo.

La basura huele mal, la gente la deshecha pero no se hace responsable de haberla generado. Es tan fácil dejar la bolsa en la esquina y sentarse a esperar a que otro se la lleve. Hay personas que hurgan en ella buscando consuelo para su hambre infinita o calor para su frío insospechado. Especialmente aquí, en donde las noches son largas y le congelan a uno el alma. Alguna vez quisiera exponerme y dejar que el frío hiciera conmigo algo, al menos que se tome la molestia de verme a los ojos y de acariciarme con la rudeza del asfalto.

La desnudez, esa misma que nos caracteriza cuando nos sentimos más endebles, deja mostrar las personalidades más escondidas. Permite a la mirada tomarse el cuerpo y subrayar con rojo los defectos que muchas veces son la proyección del espectador. Yo quiero estar desnuda, quiero andar por las calles confiada de que los defectos físicos siempre son los menos importantes, a sabiendas de que sólo aquel que quiera tomarse el tiempo de recoger de mis recuerdos, los escenarios más bizarros e inimaginables, sabrá la localización exacta del punto negro que mancha mi sangre y la hace espesar.

Tinta china, he pensado que voy a escribir una historia de amor de dos botes de tinta china. Uno de ellos sería blanco y otro negro, sobre todo pensando en romper con la dicotomía sentimental en estos tiempos de telenovelas y filmes rosas. Considero que suena original, conmovedor y lleno de tragedias románticas que harían partir en llanto a los de corazón noble… ¡Coming soon!

1 comentario:

  1. Y bueno, eso de no preguntar lo que en el fondo no se quiere saber es saludable, y con respecto a ese dejo de tristeza que trae esta entrada, sólo puedo ofrecerte un abrazo sincero – que no síncero- para que no te sientas sola y tu alma no muera de hipotermia. A veces es cosa de dejar fluir, yo, que muy pocas sé y de menos estoy seguro, es lo que creo. Por cierto, quisiera ver en qué acaba esta historia de tintas, lo rosa es tan trivial que una historia en blanco y negro se antoja para estos tiempos tan inciertos.
    De nuevo un abrazo y qué gusto saber que sigues esperando por lo menos a este devastador frente frío que te haga sentir viva, hay gente que se conforma con cualquier calor.

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