octubre 30, 2011

Y dicen que soy "muerta de hambre" "porque así somos los del sur"...

Debe ser que a veces el mundo se vuelve ineludiblemente soberbio, debe ser que la gente que en él habita también. Yo no soy una excepción a la regla, sin embargo me preocupan los cerebros enclaustrados en las ideas académicas y sociales que divulgan el deber ser de la gente, me preocupa el mío que a veces no deja de pensar. Sinceramente no podría decirle a alguien, a "otro", que se sea de tal o cual forma creo que más bien tendría cuidado de buscar acometer contra el que perece de hambre...

Hoy veía a una mujer a la entrada de un mercado que vendía manzanas por un dólar en bolsitas de seis. Mientras la veía esperaba a una amiga que, sin darnos cuenta, me buscaba en la misma esquina de enfrente, ella estaba casi al lado mío. Esa falta de visión estaba distraída por la escena de aquella mujer y sus hijos.

Yo no sabía que lo fueran, uno de ellos yacía sucio y perdido sentado sobre sus orines a las espaldas de esta mujer. Los otros estaban a su costado. De ellos, uno de menos de veinte años sujetaba con ahínco una bolsa de plástico mientras la rellenaba con "cemento de contacto" (también llamado "boxer" o "resistol 5000" en algunos lugares) para después inhalar un par de veces. Yo miraba indiscretamente la escena y me preguntaba cómo esta mujer podía convivir tan de cerca con estos chicos, sin darme cuenta ella me respondía la mirada y me sonreía.

Respondí a la sonrisa con timidez cuando escuché que uno de ellos la llamaba mamá. Llegaron un trío más de niños, esta vez de menos de quince años. Uno sostenía con una mano una bolsa plástica en la que transportaba una cobija y con la otra le solicitaba al mayor que le diera un pase. El último se negó y los tres chiquillos le hacían presión pidiéndole al mismo tiempo, el otro no cedió. No había más o al menos eso les dijo, porque yo vi que la lata que contenía el resto estaba guardada en una de las cajas de madera donde la mujer llevaba sus frutas.

El de atrás le pedía a modo de limosna -Mamá dame veinticinco centavos- con una voz bajita pero con la mano extendida. Ella respondía -no, ya te di cincuenta, ya no tengo más- y guardaba en una de las bolsas de su mandil el dólar que había recibido de manos de una mujer en los últimos minutos. Debo confesar que yo no podía dejar de ver con asombro a la mujer y a sus hijos. La señora respondía a mi listado de preguntas con una sonrisa que no me pareció, en ningún momento, retadora sino más bien amable.

-Cómpreme una fundita de manzanas- me decía, yo respondía con un movimiento de cabeza, no tenía valor para hablarle. No entendía lo que pasaba, me imaginaba infinidad de situaciones que habrían llevado a sus hijos a vivir en esa situación, no sabía si mirarla con recelo, si cuestionarla o simplemente responder a esa sonrisa gentil.

¿Cómo podría yo cuestionar la vida de esa gente? ¿Cómo podría alguien hacerlo? No sé qué pensar, sinceramente me niego a orientar mi mirada hacia el comportamiento de una familia cuyo pasado desconozco. Empero, esa escena ha permanecido ahí todo el día, le he dado muchas vueltas al asunto. Siento que le debo una disculpa a la mujer por cuestionarla, por invadir su espacio y por invadir el de sus hijos.

1 comentario:

  1. ...

    Y bueno, eso de pensar mucho a veces es una maldición pero también es un acto liberador... aunque casi siempre pienso en ello como una tortura.

    Alguna vez dije que lo peor que pudimos haber descubierto fue el fuego y la palabra. Seríamos un animal más y no haríamos tantas pendejadas.

    Yo creo que te pasa algo que a nuestra generación es común, como que hay un sentir de pedirnos disculpas como humanidad, de suplicarnos una oportunidad. Ahora, lo que creo que debemos hacer, es sacudirnos ese malestar y empezar por hacer lo poco que esté a nuestro alcance para mejorar, hay cosas muy pequeñas que tienen una repercusión muy importante.

    Me gustó tu texto, siento que lo escribiste en cualquier esquina de Miahuatlán.

    Te mando un abrazo muy grande y un besote.

    Qué gusto leerte.

    ...

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